¡Mi amigo se nos unió!

¡Mi amigo se nos unió!

Era una noche de verano caliente y húmeda en la ciudad. Lisa y Alex se encontraban en su habitación, tumbados en la cama, escuchando música y conversando. La química entre ellos era evidente, y aunque habían estado saliendo durante un tiempo, nunca habían dado el paso de tener relaciones sexuales.

Pero esta noche, las cosas parecían diferentes. El aire estaba cargado de electricidad, y ambos se sentían cada vez más atraídos el uno por el otro. Lisa comenzó a acariciar el brazo de Alex suavemente, y él la miró a los ojos, sintiendo el deseo aumentar dentro de él.

Sin decir una palabra, Alex se acercó a Lisa y la besó con pasión. Lisa se rindió a su beso, sintiendo la electricidad recorrer todo su cuerpo. Alex la acarició por todas partes, explorando cada rincón de su cuerpo con sus manos.

Lisa se dejó llevar por el placer y se quitó la ropa, revelando su cuerpo a Alex. Él la miró con ojos hambrientos, admirando su belleza. Comenzó a besar y lamer cada centímetro de su piel, desde su cuello hasta sus pies.

De repente, alguien llamó a la puerta de la habitación. Era su amigo Daniel, que había venido a visitarlos. En lugar de poner fin a su encuentro sensual, los tres decidieron unirse en un juego de placer y pasión.

Lisa estaba un poco nerviosa, nunca había estado con dos hombres a la vez, pero Alex y Daniel la tranquilizaron y le aseguraron que se asegurarían de que se sintiera cómoda y segura en todo momento.

Los tres se quitaron la ropa y comenzaron a explorar sus cuerpos mutuos. De pronto Alex saca del cajón junto a la cama un antifaz de satín y se lo pone a Lisa delicadamente. Lisa estaba en el centro, recibiendo la atención de ambos hombres mientras se besaban y acariciaban mutuamente.

Daniel y Alex alternaron entre lamer y morder suavemente el cuello y los senos de Lisa, mientras que ella gemía de placer. Lisa tomó el control, se quito el antifaz de satín y comenzó a acariciar y besar a los dos hombres, llevándolos al borde del éxtasis varias veces.

Finalmente, los tres llegaron al clímax juntos, experimentando una explosión de placer y éxtasis en una noche de pasión salvaje y sensual.

Después de que todo terminó, los tres se acurrucaron juntos en la cama, respirando profundamente y disfrutando de la intensidad del momento. Lisa se sintió sorprendentemente liberada y emocionada por haber explorado sus deseos más profundos con dos personas que realmente le importaban.

A partir de ese momento, los tres mantuvieron una relación abierta y honesta, explorando su sexualidad juntos y disfrutando de la pasión que compartían. Para Lisa, fue una noche que nunca olvidaría, una que la llevó a una nueva dimensión de placer y descubrimiento.
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